Llegó el PP a la televisión pública y han entrado como un elefante en una cacharrería, destrozando todo lo que olía a libertad de expresión y pluralidad. Han cesado a periodistas de prestigio y con notable fama de imparcialidad. Hemos gozado de una TV que batía records de audiencia en sus informativos, pero que ahora están bajando de una manera alarmante debido a sus nuevas caras y sus nuevos mensajes partidistas.
Estamos creando una "nueva televisión" -palabras de algunos de sus líderes-. Si a "nueva" se refiere a reposiciones de series de los tiempos del "tito paco" o a colocar periodistas muy afines a su ideario, casi todos venidos desde las televisiones autonómicas gobernadas por ellos mismos, habria que redefinir la palabra "nueva". Aunque lo grave no son las reposiciones de series, sino también la parcialidad en sus telediarios. ¡Y los anuncios! que vuelven de nuevo a la tele de todos y todas.
Esto es lo que nos queda para los próximos tres años, una TVEntereconomía de un sólo sentido.
Por eso no me extrañaría nada que volvamos a ver aquella carta de ajuste para eliminar horarios de emisión, o volvamos a ver aquellas famosas frases de: disculpen las molestias, por motivos ajenos a nuestra voluntad nos vemos obligados a interrumpir la emisión, estén atentos a sus pantallas.
Pero ya sabemos cómo se las gastan en la derecha, una derecha que nos están demostrando día a día lo que son y lo que representan. En pocos meses de mandato (no llevan todavía el año) han eliminado el estado del bienestar y los derechos adquiridos durante los últimos treinta años.
Por si acaso, ya tengo bloqueado otro canal más en mi mando a distancia.
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