retrato a lápiz. M.Romero
La del retrato es mi madre con diecinueve años, ahora va camino de los ochenta y tres y está algo más estropeada, no sólo por la edad sino por todo lo que ha trabajado para, junto con mi padre, sacar adelante una familia con cinco hijos e hijas.
Recuerdo, aquella casa de vecinos donde pasé los primeros veinte años de mi vida y recuerdo a mi madre salir todos los días, antes de las seis de la mañana, con frío o helada, para limpiar algunos comercios de Jerez. Limpiar como se limpiaba antes, a rodilla y con estropajo en mano, todavía no se había inventado la fregona, luego volvía a las ocho para hacernos levantar y poner unos exiguos desayunos para los cinco antes de llevarnos al colegio.
Preparaba la comida, recogía la casa, planchaba con plancha de carbón, lavaba a mano y tendía la ropa en el patio, y así un día tras otro, esa era su vida.
Sí, una madre sufridora, como seguro había muchas en aquellos tiempos difíciles y revueltos.
Ahora a su edad, cuando debería tener una vejez apacible, sigue siendo sufridora porque ve el futuro de sus nietos y nietas muy oscuro y eso la tiene muy preocupada.
El otro día me decía: "hijo, parece que volvemos a los años cincuenta, cada vez tenemos menos dinero y cada vez las cosas están más caras"
Esta es la España que nos está dejando la derecha; una España cada vez más pobre, una España con un mayor número de indigentes a causa de la pobreza y los desahucios, en definitiva, una España de los años cincuenta.
Ojalá esto cambie para que mi madre, y todas las madres, sean felices el resto de sus días.
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